THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES ?

lunes, 27 de julio de 2009

27 días


Y pasaron veintisiete días en los que mi vida era un infierno de el que nadie podía sacarme, y parecía que nunca saldría, no era tan fuerte. Los días pasaban lentos en la oscuridad de mi solitario cuarto. Lo único que me mantenía vivo era el eterno miedo a la muerte. Yo era débil incluso para quitarme la vida, la verdad es que al pensar en estas cosas me siento tan patético, en esos momentos pensaba de una manera tan infantil y estúpida. Y de eso solo hacía unas pocas horas.

Pero esta mañana me levanté y tampoco es que estuviera muy motivado. Seguramente hubiera seguido igual que estos días atrás si no hubiese sido por algo que pasó poco después. Bueno como estaba contando, esta mañana seguía igual de deprimido que los días anteriores. Y no me encontraba ni mejor ni peor, simplemente igual, no podría salir de ese estado nunca.

Entonces pasó. Estaba tumbado en mi cama, lamentándome de mi vida y de lo mala que era, típica actitud de un estúpido adolescente como yo. Y fue así, que tumbado en mi cama a oscuras, una canción comenzó a sonar en mi radio. Era una canción dulce y transmitía felicidad, mucha felicidad. Sin saber como me levante de la cama y le di volumen a la radio. Las guitarras, el bajo, la batería y el piano creaban una melodía perfecta para la voz del cantante.

Como movido por un espíritu comencé a dar saltos por toda la habitación al ritmo de la música, que ahora había roto. Si alguien me viese pensaría que estaba loco y la verdad no me extrañaría, pero ahora no era yo. Entonces en una esquina vi la vieja guitarra de mi madre y la cogí e hice como si yo fuese el guitarrista del grupo. Me arrastre por el suelo, salté y grité. Grité de felicidad.

Me sentía realmente bien. Tal vez demasiado eufórico, pero ¿que mas daba eso?. De nuevo me sentía bien y eso era lo importante. Solté la guitarra y me lancé contra una pared y contra otra. La música entraba por mis oídos y se extendía por todo el cuerpo hasta dominarme. Entonces acabó la canción y empezó otra esta demasiado triste así que apague la radio. Estaba contento y no quería que eso cambiara, así que me vestí e hice un par de llamadas.

Ahora, a penas un par de horas después me encuentro sentado en una gran roca elevada en lo alto de una especie de desfiladero. A mi alrededor muchas plantas y yerbas han crecido y todo a mi alrededor es bellísimo, parece sacado de un cuento. El sol está alto y me calienta las mejillas y para contrastar yo bebo de una fría litrona que tengo en la mano. La cerveza atraviesa mi garganta y me alivia.

A mi espalda suena una guitarra, las notas fluyen y dan un ambiente tranquilo y apacible. A mi espalda suenan risas, me vuelvo allí hay un chico con una guitarra y unas gafas de sol. También ahí tres chicas, cada una caracterizada no solo por sus formas de vestir totalmente diferentes, si no por sus pensamientos. Todos me sonríen y yo me vuelvo y de nuevo bebo otro trago de fría cerveza.

Desde esa alta roca, al filo de la nada y en el final del mundo sonrió, algo que no hacía desde hacía mucho. Y la verdad ahora me doy cuenta de lo poco que me hacía falta para ser feliz, algunas personas y algo de música. No necesito más. La verdad, creo que si no hubiese sido por la música mis penas no se hubieran ido en mucho. Pero que más da, ahora todo está bien.

Solo puedo agradecer a mi dios que este mal pasara. Aunque no pueda verte ahora, gracias.

0 comentarios: